En una entrada anterior, se propuso la compartimentalización de la competencia lectora en dos áreas diferentes: de un lado, la lectura realizada transversalmente en cada asignatura; de otro, recrear desde la escuela un ecosistema informacional adaptado a la realidad de la generación Y, en el que reine la libertad individual, la sociabilidad de la lectura y la comunicación entre diversos agentes sociales. De este modo, establecemos dos niveles organizativos: uno a nivel de currículo y otro a nivel de centro. Ambos, sin embargo, deben coordinarse por todo el equipo docente, dotando así a esta competencia de coherencia tanto entre etapas como entre materias.
1. El nivel curricular
El nivel curricular supone que los docentes organicen una diversidad de técnicas,habilidades, contenidos y formatos con una visión global de su práctica educativa: esto es, acercando a sus currículos diversos aspectos, garantizando así que todos los alumnos vean en todos los cursos una diversidad de aspectos de la lectura. Esto se debe, en primer lugar, a restricciones temporales (no se puede ver todo en la misma materia) y, en segundo, a la mayor idoneidad de ciertas asignaturas para ver cierto tipo de textos, géneros o habilidades. Propongo, a la hora de coordinar con este nivel de complejidad, la elaboración de una plantilla que reúna los diversos tipos de prácticas lectoras, así como la frecuencia deseada en su desarrollo. El equipo docente repartiría estas prácticas a lo largo del curso, en base a su relevancia curricular. Los aspectos a considerar podrían ser:
a) variedad de soportes (libros, fotocopias, ordenador, smartphones, prensa, televisión, carteles...),
b) variedad de formatos (novelas, artículos, contratos, facturas, comunicación privada -cartas, e-mails-, HTML, PDF, MP3...),
c) variedad de géneros (literario, informativo, científico, foros, blogs, wikis, redes sociales,..,
d) variedad de lenguas,
e) variedad de discursos (informativo, político, publicitario, mediático, informal...),
f) variedad de variantes lingüísticas (lenguaje académico, lenguaje periodístico, jerga legal, escritura ideofonemática, jergas, expresiones informáticas...),
g) variedad de recursos de apoyo a la lectura/escritura (diccionarios, correctores, iconos y símbolos...),
h) variedad de formas de expresión transmedia (redes sociales, marcación social, weblogs, animaciones, fotografía manipulada...),
i) variedad de sistemas de representación del conocimiento (mapas conceptuales, sistemas de etiquetado, diseño gráfico).
2. El ecosistema informacional
El segundo de los niveles de organización, sería el de la creación de un ecosistema informacional propicio para la creación de lectores en la generación Y. En este plano entrarían,también, las acciones de animación a la lectura dentro del aula (epígrafe 5 .3 ). En este nivel holístico de planificación, entrarían en contacto todos los agentes posibles del contexto sociocultural del centro: especialmente, el equipo docente, la biblioteca escolar y las familias; pero también entidades de formación extraescolar, medios de comunicación locales, otros centros educativos, la biblioteca municipal, etc. En este plano, organizaremos especialmente, aquellos elementos que configuran nuestro “ecosistema”, comenzando por el eje que estructurará los demás: la plataforma de gestión de contenidos del centro educativo.
La evaluación
La evaluación de esta planificación recaerá en dos sujetos: en primer lugar, los alumnos serán evaluados en base a la adquisición de competencias y los criterios de evaluación de cadamateria; la lectura, por lo tanto, será tratada como un catalizador para esta adquisición de conocimientos. De otro lado, la instauración de un ecosistema informacional que motive y facilite a la lectura, será el segundo sujeto a evaluar, con los criterios que estime el centro referentes a los diversos aspectos, como: relevancia de la aplicación tecnológica, participación de los agentes socioculturales, participación del alumnado en el ecosistema y satisfacción de los organizadores y los usuarios.