En nuestro país, existen diversas lenguas vehiculares en el sistema educativo, con lo cual este tema tiene bastante importancia. Necesitamos un esquema que organice la información de forma que la lengua no sea una puerta hacia el desorden, en lugar de un medio de entendimiento. Las soluciones que podemos aportar son diversas, y deben estar explicitadas en los sistemas de referencia que utilicemos.
1. Elegir una única lengua de catalogación. Lo más coherente es que ésta sea la lengua vehicular principal de cada sistema educativo. Sin embargo, la interoperabilidad entre redes dentro de un mismo contexto lingüístico, puede dar lugar a la desorganización de nuestros datos, que deberán ser siempre revisados para lograr un sistema de recuperación compacto.
- La Universidade da Coruña utiliza un sistema de etiquetado en castellano, aunque su lengua administrativa sea el gallego.
OPAC de la Universidade da Coruña. Observamos la combinación del lenguaje administrativo y el de catalogación |
OPAC de la RBG |
- Es el sistema utilizado en el OPAC de la Red de Bibliotecas de Galicia.
Sea cual sea la solución que adoptemos, ésta debe ser clara y pública en el ámbito de nuestro ecosistema informacional (tanto material -en la biblioteca escolar y en el aula; como digital -en las distintas plataformas tecnológicas que utilicemos). La recuperación de la información por parte de los usuarios es una de las razones; la producción de contenidos por parte del alumno es otra, cuya catalogación deberá guardar coherencia con los métodos utilizados en nuestro ecosistema.
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