jueves, 11 de septiembre de 2014

El ecosistema informacional: lugares materiales

El concepto de "ecosistema informacional" abarcaría todos los elementos en que la información habita y se dispersa en el ámbito escolar: desde personas, hasta servicios y plataformas tecnológicas. Por lo tanto, sería volver hacia atrás identificarlo exclusivamente con la biblioteca escolar. Sin embargo, existen aspectos de la materialidad relacionados con el fomento de la lectura, por lo que vamos a hablar hoy de la importancia de cuidar (también) los lugares físicos de nustro ecosistema.
La biblioteca escolar es la primera instancia material de este ecosistema. Aparte de suponer un lugar concreto en el espacio idóneo para organizar y administrar aspectos más abstractos, su propia disposición material puede ayudar al fomento de la lectura. 
Los espacios cómodos y diáfanos, que inviten a la lectura como forma de ocio, es una estrategia muy utilizada y exitosa en centros, aulas, bibliotecas e incluso librerías: almohadas, cojines, mesas bajas, nos ayudarán a crear este espacio de la lectura relajada. 
Biblioteca del Liceo Verri (Italia)
El establecimiento de diferentes espacios en la biblioteca ayudarán a integrar las diversas prácticas de lectura: el espacio de la lectura silenciosa, el espacio de búsqueda de información, el espacio de trabajo en ordenadores o el espacio de trabajo en grupo.
La accesibilidad de los libros, esto es, la posibilidad de tocarlos, hojearlos, trastear con ellos, es otro elemento motivador que atañe a la organización espacial de la biblioteca. Las exhibiciones de libros, las ferias de libros o el bookcrossing trasladan a los libros de los estantes polvorientos a la cotidianedidad de alumnado y profesores, fomentando así su préstamo y lectura. 
Paseo de las ideas (Berlín)
La biblioteca de aula es otro espacio de nuestro contexto informacional, si bien se suelen ver restringidas por fondos escasos y con escasa renovación; una renovación de fondos continua, mediante las donaciones, las aportaciones de alumnos o los préstamos de paquetes entre aulas o incluso con la colaboración de la biblioteca municipal, nos permitirán “revivir” este espacio. Esto se da debido a la accesibilidad de los libros que mencionaba anteriormente, a la posibilidad de manipularlos, usarlos e integrarlos en el trabajo cotidiano sin ningún trámite burocrático, permitiendo también la participación del alumnado en su organización. Transmitimos, así, la idea de que la biblioteca es un lugar de ruptura y libertad dentro de un contexto educativo caracterizado por la profusión de normas y el trabajo obligatorio. 
La catalogación de todos los espacios, elementos e items que incluyamos en nuestro ecosistema es fundamental, así como la especificación de en qué lugar o estado (por ejemplo, "prestado a biblioteca de aula 4ºESO C") se encuentran. El objetivo es que la información fluja dinámicamente, mientras que nuestro ecosistema se sigue percibiendo como un todo.

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